El reflejo del sol en el mar le recordó que con sus pasos dejaba atrás una vida a la que nunca más podría volver.
Mercedes nació en un pueblo cerca de la ciudad de Camagüey, Cuba, y vivió en la cruda realidad que se asentó con el comienzo de la gran revolución. Sin embargo, no lo vivió en sus carnes durante mucho tiempo pues ella, como muchas otras, se vio obligada a dejar su hogar en busca de una vida mejor. Llegó a Asturias, España, con una vida ya pactada y un hijo en camino; el contexto de aquella época, similar al que hoy se vive en otros lugares del mundo, nos hace entender que quien huye no lo hace por placer, pues no solo dejaba a su familia y su tierra natal sino que también se adentraba en una cultura y una forma de ver la vida diferentes. No dejó constancia de su dolor y estoy segura de que ella nunca dejó de añorar su casa cuando las desgracias todavía no habían llamado a la puerta. A mi bisabuela no la conocí pero creo que, como su madre antes de ella, decidió vivir esa nueva realidad ajena a lo demás. Ellas, a fin de cuentas, consiguieron labrarse un nuevo futuro, la pregunta siempre será para los que quedaron atrás.
Esta es la historia de mi tatarabuela, el viaje más importante de su vida, y ahora sus descendientes solo nos preguntamos si estarán todos bien cuando Cuba es nombrada, pues nosotros también nos hemos olvidado de ellos.
Malena González Rodríguez
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