¿Cómo hace uno para saber
cuál es su lugar en el mundo?
Esta es la pregunta
que retumba en mi cerebro
en el instante efímero
en el que creo
despertarme en un lugar,
pero abro los ojos
y me encuentro en otro.
Es algo que me ocurre muy a menudo,
no sé
por qué motivo.
Con los ojos entreabiertos
mi mente viaja
y recorre todos los lugares,
todos los rincones
donde he estado
hasta ahora.
Tardo un buen rato
en pensar
en cuál podría ser
mi lugar en el mundo,
entre todos esos
que se albergan en mi mente,
que han dejado su pequeña huella
en mi corazón,
que ya forman parte de mis recuerdos.
Tardo un buen rato
en pensar en esto
y no consigo saber
cuál es mi lugar en el mundo.
Puede que por ahora
yo
no lo tenga
un lugar en el mundo.
Tal vez no exista
para mi persona
un espacio específico
y fijo
que yo
considere
mi propio e imprescindible
lugar en el mundo.
Pero existen algunas cosas
precisas,
que yo conozco muy bien,
existen unas certezas
que me permiten crear
el mejor lugar del mundo,
en cualquier parte del mundo.
Son un piano,
un cuaderno,
un lápiz
y mi voz.
Me basta con tener estas cosas
para respirar,
para sentirme a salvo.
Me basta con tener estas cosas
para saber
que me encuentro
en mi pequeño
y humilde
amparo.
Es como si estuviera
en una burbuja
que me protege.
Y sé
con certeza
que estoy en un lugar
del que no me puedo ir
del que no me quiero ir.
Supongo que es así
cuando uno encuentra realmente
su lugar en el mundo.
Por ahora este es el mío,
ya veré si puedo encontrar otro.
Silvia Rita Iannone
Qué bonito <3