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irinahristeastan

Para que consiga encontrar su lugar en el mundo


Malena es una mujer moderna, realizada. Tiene solo 30 años y ya tiene cumplidos todos sus sueños. Acabó su carrera de Derecho y Abogacía y ya trabaja de abogada en el bufete más poderoso de Málaga. Le falta muy poco para que la hagan sénior. Vive lejos de su familia para poder alcanzar sus objetivos y está soltera, porque a nivel sentimental nunca llega a establecer relaciones sentimentales muy íntimas con alguien por miedo de que le obstaculicen su camino. Pero, en el fondo, muy en el fondo, aunque esté rodeada de personas 24 horas al día, se siente sola. Y lo sabe.

Para colmar la soledad, Malena pasa la mayoría de su tiempo trabajando: en su oficina, en casa, en la cafetería donde suele desayunar, durante el día, por la noche. El motivo es que al fin y al cabo es lo único que puede hacer, no tiene otras aficiones y, aunque las tuviera, diría que no tiene tiempo para dedicarse a ellas. Es como si hubiera programado su vida para el trabajo. Pero aún no sabía que dentro de muy poco algo le revolucionaría la existencia.


Era un domingo de primavera, al amanecer, cuando Malena decidió, quizás por primera vez desde que vivía en Málaga, dar un paseo por la orilla del mar sin llevarse su ordenador, los archivos de los casos que seguía y el móvil. Tenía, por fin, la mente despejada, libre de sus preocupaciones y obligaciones. Tenía una mente viajera. Después de tanto tiempo, se sentó sobre la arena que apenas empezaba a calentarse con los primeros rayos de sol, y se dejó llevar por los recuerdos de su infancia. Se acordó de un momento en concreto, de las últimas palabras de su hermano mayor antes de fallecer, quien le dijo: «nunca dejes de volar, la vida se desliza de tus manos en un instante».

Malena llevaba años intentando sofocar su memoria comprometiéndose completamente con su carrera, con su trabajo, con sus objetivos. Pero desde la muerte de su hermano, nunca se había parado a pensar en lo que de verdad quería de su vida, en sus sueños más profundos. De pequeña siempre decía que el amor es el motor del mundo y la cura de sus enfermedades. Pero Malena, además, tampoco sabía lo que era el amor.


Dos años después se casó con Carlos, y se fueron a Palawan de luna de miel para realizar el sueño de su hermano, quien siempre quiso visitar este escondite paradisiaco. Tres años después dio a luz a Marcos, una criatura estupenda que llevaba el nombre de su tito, al que nunca iba a poder conocer. Pero Malena le contará quién era, qué quería hacer, sus sueños y su predilección por la aventura. Para que su hijo no haga los mismos errores que ella, para que no se quede atrapado en la telaraña de la vida, para que consiga encontrar su lugar en el mundo, como su tito quería hacer.



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