Estamos en la Sicilia de los años veinte, gobernada por la mafia. Carmela, madre de cinco hijos, se queda viuda. El asesino de su marido Salvatore, Vincenzo Spanò, siente una pasión morbosa por la mujer, que se ve obligada aemigrar a Estados Unidos. Para poder entrar en el país, Carmela tiene que casarse con Matteo Schiavon, un italiano que vive en el pequeño barrio italiano de Nueva York, llamado Little Italy. Mientras tanto, Michele, el hijo mayor, empieza a trabajar en una fábrica. Las difíciles condiciones de trabajo llevan a los obreros a organizar una huelga, en la que el mismo Michele morirá a manos de Salvo, uno de los matones de Spadò.
Es el periodo del prohibicionismo y de la Ley Seca, y la influencia de los clanes mafiosos está muy arraigada en la sociedad italoestadounidense. En Europa empieza a difundirse la ideología del nacionalsocialismo. Sarah, una niña judía que huye de las persecuciones nazis, llega sola a Nueva York. Sus padres no han podido salir con ella, porque no tienen bastante dinero. Carmela y su familia deciden ayudarlos. La única solución posible es proporcionar a Bruno y a su mujer Verena unos pasaportes falsos, que demuestren que no son judíos. Los dos consiguen alcanzar Estados Unidos y empezar su vita promessa.
Un mismo destino une a las familias de Carmela y Bruno: emigrar. El viaje representa la única salida hacia una nueva vida, lejos de abusos, atrocidades y de la crueldad de seres inhumanos. Lo desconocido se convierte en certeza, en una segunda oportunidad de vida, en un libro lleno de páginas en blanco donde volver a escribir con la pluma de la esperanza hacia una vita promessa.
Lucrezia Borgognoni